Pregunta que hoy en día nos hacemos muchos padres. ¿Por qué mandan tantos deberes a nuestros
hijos? Vayas donde vayas, parques o puertas de colegios, todos los padres y
madres están quejándose y hablando de este tema. Un tema que es de actualidad y
está en boca de todos.
Los pequeños de la casa cada día llegan con una
mochila cargada de obligaciones. Hay que reconocer que los niños traen una cantidad
excesiva de deberes a diario, lo que les impide llevar a cabo cualquier otra
actividad o divertirse.
Tanto como profesional y madre de dos niños, creo que
algo está fallando en nuestro sistema educativo, ya que cada día los niños
traen más deberes a casa, están más horas en clase y se les escolariza antes. Por
si esto no fuera suficiente, están las llamadas “actividades extraescolares” ¿os
suenan?, que ya sean por necesidad o por ocio, cada día ocupan más tiempo en
las agendas de los más pequeños.
Mientras están en clase, hora tras hora nuestros
hijos no hacen otra cosa que trabajar, estudiar y hacer deberes ¿Es necesario que sigan otras tantas horas
en casa haciendo más de lo mismo? Cuando se termina la jornada escolar deberían
de disfrutar, pasar tiempo en familia y jugar con sus amigos. Con esto no
quiero decir que no hagan nada en toda la tarde. Un ratito para repasar algunos
conocimientos, leer o escribir de manera lúdica y establecer una rutina, es
adecuado para los niños.
En mi opinión, como psicóloga y madre, los deberes
que se les manden a los niños para casa, deberían de ser efectivos y
razonables. Deberes que realmente les ayude a afianzar los conceptos y que se
adapten a sus necesidades. No deben de ser una sobrecarga, ni tampoco algo que
les tenga toda la tarde trabajando. Destinar media hora, o algo más dependiendo
de cada caso, es algo razonable. Los niños son capaces de crear un hábito y en
ese tiempo repasar algún tema dado en clase o resolver alguna duda del día.
¿Las mismas tareas
y actividades para todos?
Se deberían de plantear si todos los niños necesitan
los mismos deberes y en la misma cantidad. Los niños que tienen un buen rendimiento
y han adquirido correctamente los conocimientos en clase, no es necesario que
sigan trabajando durante muchas más horas en casa. En cambio, aquellos peques
que muestran alguna dificultad concreta o tienen un bajo rendimiento sí que se
les podrían mandar tareas específicas y ejercicios adaptados a sus dificultades,
eso sí, respetando su ritmo de trabajo y no sobrecargándoles.
Los niños no pueden verse desbordados por las
tareas, ya que esto repercute a nivel familiar.
Hablando con varios papás y mamás, muchos nos han
manifestados su preocupación por este tema. A continuación os vamos a mostrar
algunos argumentos, a favor y en contra, que hemos recogido de todos ellos.
ARGUMENTOS A FAVOR:
- Realizar deberes
en casa ayuda a crear un hábito, así los niños aprenderán a establecer unas
rutinas y una responsabilidad que le servirá de cara al futuro.
- Gracias a los
deberes los niños aprenderán a organizar su tiempo y a distribuir las tareas y
actividades en un horario establecido.
- Hacer las tareas
les ayudarán a reforzar los contenidos trabajados en la escuela, ya que hay
asignaturas o conceptos que se retienen y aprenden gracias a la práctica o repetición.
- Los niños,
cuando realizan los deberes, podrán comprender mejor aquello que en clase no entendieron.
- Como padres
estamos pendientes de aquello que van dando en clase y nos daremos cuenta de lo
que les cuesta a nuestros hijos y las dificultades que muestran.
- Durante los periodos
vacacionales, si se continúa realizando deberes en casa, les ayudará a no
perder la rutina ni el hábito de estudiar.
- El repasar los
contenidos en casa y realizar deberes, afianzan los conocimientos adquiridos y
el aprendizaje del niño.
ARGUMENTOS EN CONTRA:
- La “calidad” se
ve afectada por la “cantidad” de deberes. Muchas veces hacer tantos deberes consigue
que el niño los haga deprisa, sin enterarse de lo que hace, desmotivado…
- Los niños pasan
mucho tiempo “encerrados” estudiando, lo que hace que no disfruten de momentos
en familia.
- -Hay niños que no
pueden o no saben hacer los deberes solos y no siempre hay posibilidad de que
un adulto esté con él. Ésto en muchas ocasiones, conlleva a que aumente la frustración
del niño.
- -El hecho de
tener tantos deberes, priva al niño de jugar y relacionarse con otros niños, además
de dejar a un lado las actividades extraescolares por falta de tiempo, las
cuales algunas, son necesarias.
- Algunos niños
llegan a desarrollar un rechazo por todo aquello que está relacionado con el
colegio.
- Poner deberes
como castigo debería no estar permitido.
Imágenes extraídas de la galería de Google.
No hay comentarios:
Publicar un comentario