jueves, 17 de noviembre de 2016

¿DEBERES O NO DEBERES?


Pregunta que hoy en día nos hacemos muchos padres. ¿Por qué mandan tantos deberes a nuestros hijos? Vayas donde vayas, parques o puertas de colegios, todos los padres y madres están quejándose y hablando de este tema. Un tema que es de actualidad y está en boca de todos.
Los pequeños de la casa cada día llegan con una mochila cargada de obligaciones. Hay que reconocer que los niños traen una cantidad excesiva de deberes a diario, lo que les impide llevar a cabo cualquier otra actividad o divertirse.
Tanto como profesional y madre de dos niños, creo que algo está fallando en nuestro sistema educativo, ya que cada día los niños traen más deberes a casa, están más horas en clase y se les escolariza antes. Por si esto no fuera suficiente, están las llamadas “actividades extraescolares” ¿os suenan?, que ya sean por necesidad o por ocio, cada día ocupan más tiempo en las agendas de los más pequeños.
Mientras están en clase, hora tras hora nuestros hijos no hacen otra cosa que trabajar, estudiar y hacer deberes ¿Es necesario que sigan otras tantas horas en casa haciendo más de lo mismo? Cuando se termina la jornada escolar deberían de disfrutar, pasar tiempo en familia y jugar con sus amigos. Con esto no quiero decir que no hagan nada en toda la tarde. Un ratito para repasar algunos conocimientos, leer o escribir de manera lúdica y establecer una rutina, es adecuado para los niños.
En mi opinión, como psicóloga y madre, los deberes que se les manden a los niños para casa, deberían de ser efectivos y razonables. Deberes que realmente les ayude a afianzar los conceptos y que se adapten a sus necesidades. No deben de ser una sobrecarga, ni tampoco algo que les tenga toda la tarde trabajando. Destinar media hora, o algo más dependiendo de cada caso, es algo razonable. Los niños son capaces de crear un hábito y en ese tiempo repasar algún tema dado en clase o resolver alguna duda del día.
¿Las mismas tareas y actividades para todos?
Se deberían de plantear si todos los niños necesitan los mismos deberes y en la misma cantidad. Los niños que tienen un buen rendimiento y han adquirido correctamente los conocimientos en clase, no es necesario que sigan trabajando durante muchas más horas en casa. En cambio, aquellos peques que muestran alguna dificultad concreta o tienen un bajo rendimiento sí que se les podrían mandar tareas específicas y ejercicios adaptados a sus dificultades, eso sí, respetando su ritmo de trabajo y no sobrecargándoles.
Los niños no pueden verse desbordados por las tareas, ya que esto repercute a nivel familiar.
Hablando con varios papás y mamás, muchos nos han manifestados su preocupación por este tema. A continuación os vamos a mostrar algunos argumentos, a favor y en contra, que hemos recogido de todos ellos.
ARGUMENTOS A FAVOR:
-   Realizar deberes en casa ayuda a crear un hábito, así los niños aprenderán a establecer unas rutinas y una responsabilidad que le servirá de cara al futuro.
-   Gracias a los deberes los niños aprenderán a organizar su tiempo y a distribuir las tareas y actividades en un horario establecido.
-   Hacer las tareas les ayudarán a reforzar los contenidos trabajados en la escuela, ya que hay asignaturas o conceptos que se retienen y aprenden gracias a la práctica o repetición.
-   Los niños, cuando realizan los deberes, podrán comprender mejor aquello que en clase no entendieron.
-   Como padres estamos pendientes de aquello que van dando en clase y nos daremos cuenta de lo que les cuesta a nuestros hijos y las dificultades que muestran.
-   Durante los periodos vacacionales, si se continúa realizando deberes en casa, les ayudará a no perder la rutina ni el hábito de estudiar.
-   El repasar los contenidos en casa y realizar deberes, afianzan los conocimientos adquiridos y el aprendizaje del niño.
ARGUMENTOS EN CONTRA:
-   La “calidad” se ve afectada por la “cantidad” de deberes. Muchas veces hacer tantos deberes consigue que el niño los haga deprisa, sin enterarse de lo que hace, desmotivado…
-   Los niños pasan mucho tiempo “encerrados” estudiando, lo que hace que no disfruten de momentos en familia.
- -Hay niños que no pueden o no saben hacer los deberes solos y no siempre hay posibilidad de que un adulto esté con él. Ésto en muchas ocasiones, conlleva a que aumente la frustración del niño.
-  -El hecho de tener tantos deberes, priva al niño de jugar y relacionarse con otros niños, además de dejar a un lado las actividades extraescolares por falta de tiempo, las cuales algunas, son necesarias.

-  Algunos niños llegan a desarrollar un rechazo por todo aquello que está relacionado con el colegio.
-   Poner deberes como castigo debería no estar permitido.



Imágenes extraídas de la galería de Google.

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